Desde la entidad plantean una serie de comentarios y anotaciones acerca de la iniciativa enviada al Congreso por el Poder Ejecutivo, pero no se ve tan factible que este año tenga tratamiento legislativo
Pasaron más de tres meses desde que la Secretaría de Energía de la Nación presentó al Congreso su proyecto de ley del Régimen de Promoción del Hidrógeno “de bajas emisiones de carbono y otros gases de efecto invernadero” y, hasta el momento, la iniciativa no giró más allá de las comisiones del Senado.
Sin embargo, un grupo de actores del sector energético avanzan tanto con su propio proyecto de ley (presentado previamente que el del Ejecutivo), como también con una serie de aportes en pos de mejorar la normativa y no dejar fuera ningún aspecto relevante que pudiera afectar a su competitividad, incluso aún con la diversidad de voces que componen ese debate regulatorio.
“Nuestras observaciones procuran mostrar que el proyecto de ley presentado por el Poder Ejecutivo debe ser revisado en profundidad. Si tuviera que sintetizar las observaciones, creo que no tiene la suficiente claridad en cuanto a que debemos tener un marco regulatorio tal que le permita a la producción de Hidrógeno en nuestro país sea competitiva internacionalmente”, señaló Juan Carlos Villalonga (foto), presidente de GLOBE y miembro de la PlataformaH2 Argentina.
“El potencial exportador de nuestro país es muy grande, pero será un mercado internacional con muchos actores y todo indica que habrá una enorme competencia. Un enclave industrial en la Patagonia de producción de hidrógeno verde o algún derivado, como el amoníaco, deberá competir con producciones similares en el norte de África, Australia u otros países de la región. Quiero decir, debemos quitar barreras y reducir costos locales, y de ese modo facilitar las chances de competir globalmente”, agregó en conversación con Energía Estratégica.
Una de esos puntos clave es la exigencia de integración de industria local, que también fue marcado por otra parte del sector, considerando que el proyecto del Ejecutivo propone un contenido nacional mínimo que aumentará de forma paulatina entre 35% (a partir de la entrada en vigor de la ley), 45% (a partir del sexto año) y 50% (desde el undécimo año).
Aunque para el cálculo de esos porcentajes mínimos, no será válido el cómputo del valor correspondiente a las obras civiles o de infraestructura ni a la mano de obra. Asimismo, también deberán netearse los importes correspondientes al Impuesto al Valor Agregado, los gastos financieros, descuentos y bonificaciones.
“Eso actúa como una barrera inicial, eleva costos y complejiza a la industria en el momento crítico para su arranque. Pero debemos comprender que la escala de esta industria generará integración local por sí misma, pensando en proyectos de varios GW cada uno”, sostuvo Villalonga.
“Poner eso en la ley implica aumentar los costos de capital a los proyectos, es sacarnos de competencia. Es sumamente caprichoso como varían los porcentajes propuestos de integración local para cada una de las tecnologías, donde se termina poniendo una barrera mayor al hidrógeno verde, justamente el que generará el bien exportable de mayor interés. Eso no se entiende. Se necesita una ley mucho más simple”, continuó.
¿Se puede esperar el debate parlamentario? A pesar que hay altas expectativas por parte de la industria ligada al H2, e incluso algunos proyectos de producción a la espera del marco normativo, no se ve tan factible que este año se diera tratamiento, principalmente por ser año electoral en Argentina.
“Todo indica que es muy baja la probabilidad. Pero eso no quita que debemos tener los proyectos analizados para hacer las contribuciones cuando sea necesario. Debemos ponernos de acuerdo rápidamente para despejar algunas dudas y permitir que los muchos proyectos que hoy están en una etapa de evaluación comiencen a ejecutarse”, manifestó el presidente de Globe y miembro de la PlataformaH2.
“En esta etapa, la ley nacional deberá dar algunos elementos de previsibilidad básicos, pero luego debemos tener una estrategia u hoja de ruta que signifique una complementación público-privada para hacer el camino de convertir al hidrógeno en una industria, por ejemplo, el desarrollo de la infraestructura necesaria, y por supuesto, las condiciones macroeconómicas deberán ordenarse para el momento de escalar en cuanto a producción y exportación”, concluyó.